sábado, 22 de octubre de 2016

Bajo un mismo techo

Regresó la familia a estar bajo un mismo techo. Ha sido especialmente difícil tener que separarnos para no interrumpir el desarrollo de Santiago y la operación y terapia de Alicia.

Todos estamos conscientes de que no es la última vez que vamos a necesitar separarnos para completar el tratamiento de Alicia pero sí es una gran satisfacción saber que podemos lograrlo.

Por un lado probando la fuerza infinita de las mujeres, conviviendo solas. Su capacidad puesta a prueba no sólo en lo físico sino en lo espiritual.  Y por el otro, mi hijo y yo sobrepasado la inutilidad al  que el machismo nos condena a los hombres. En ambos lados de la ecuación los niños como maestros. Y todos viviendo un drama muy diferente. Ninguno más importante que otro.

Después de toda esta experiencia queda muy claro y fuerte que el amor mutuo nos mantuvo unidos a pesar de la gran distancia y los meses que se hicieron eternos. Que el respeto se acentuó al darnos cuenta del rol de cada uno. Que un abrazo y un beso tienen un poder exquisito, que hace que sonría el alma.
Cuando leí este texto, mi maestro me calificó.