miércoles, 11 de septiembre de 2013

Fronteras, rejas y etiquetas


Que la inmensidad del universo nos recuerde lo inútil que es preocuparse de que es mío, que es tuyo.

Que por un instante nos ubiquemos y sepamos que somos diminutos y tenemos mucho que compartir. Y que lo recordemos constantemente, cada vez que sentimos odio hacia un prójimo.

Para que dejemos de pelear por límites inexistentes y creencias que tienen más en común que diferencias. Para que algún día no haya que recordar una fecha por el dolor que nosotros mismos nos infringimos.

Derecha, izquierda, femenino, masculino, politeístas, monoteístas o ateístas... hagamos un alto en el camino y démonos cuenta que todos somos humanos en necesidad de amor.