Como el
final triste que los cuentos de hadas nunca tuvieron: nuestro personaje
principal muere en un día simbólico, el día del hombre. Una familia ha perdido a un miembro de mucha importancia y
por ende un rol que va a faltar en la vida de su viuda e hija. Eso es una tragedia
desde donde quiera que se vea.
Algunos
amigos no sienten ganas de celebrar este día porque es una gran vergüenza para
el género masculino. Entiendo de dónde viene esta actitud, puesto que a mí también me
avergüenza que la violencia de genero sea mayormente generada por hombres. Y
eso es un problema a erradicar, definitivamente.
Además, a nadie parece que ser
hombre sea algo importante o que valga la pena celebrar. No hay correos de la empresa, comentarios como "se ama y trata bien al papá todos los días, no sólo una vez al año". En mi caso, yo me acordé de casualidad y mucho rato después
algunas mujeres se acordaron de poner algo bonito en Facebook.
A mí me
molesta que este sea un sentimiento generalizado entre los hombres,
especialmente entre los que nos importa la gente a nuestro alrededor: uno
siente vergüenza de ser hombre. Pero ¿Y qué he hecho yo para que me hagan
sentir de esta manera? Nada, sinceramente. Y muchos hombres estamos luchando
para crear nuestro rol de una manera responsable para con nuestra familia y
sociedad. La motivación no es fácil de adquirir cuando todo lo que uno
representa parece ser muy cercano a la mierda.
Por eso, no
me pidan ser feminista. Yo también vi el discurso de Hernán J. y no coincido en
que serlo es lo único decente que uno puede llegar a ser. Por definición, el
feminismo es algo excelente pero en la práctica esa teoría se desvanece.
Realmente no hay mujeres u hombres feministas velando por que la discriminación
no se haga inversa.
Hay una
creencia generalizada de que ser hombre solo trae privilegios. Por ejemplo, mi
esposa y yo trabajamos juntos para hacer la fiesta de mi hija, y una amiga hizo
el típico comentario "y me imagino que al final lo hiciste todo vos"
a mi esposa. Así como todo mundo asume que ella es la que cocina, cuida los
niños y muchas otras cosas más a las que ya me acostumbre a quedarme callado.
Muchos de esos comentarios con tono resentido provenientes de mujeres que se
autodefinen como feministas.
Si yo
pudiera escoger una etiqueta, escogería algo así como "asexista". Y
es que, como podrán notar, estoy realmente muy cansado de que se me imponga,
por estar en esta condición de hombre, ser una especie de caballero en armadura
de plata, perfecto. Que cumple con todos los roles que busca la doncella desde hace siglos y
además, con todos los demás que le exige el feminismo (en donde se odia a las princesas
por el rol que le imponen). O de lo contrario soy uno de los machistas que
deberían quemar vivos.
No actúo como Gerardo lo hizo ni pienso que sea necesario hacerlo. Que
hay que acabar con el acoso callejero, sí estoy de acuerdo completamente. Pero
es evidente que esa no es la manera correcta de hacerlo. Todos necesitamos
concientizarnos acerca del respeto mutuo y de la importancia de saber que el
tiempo es implacable, solo hay que tener paciencia.
Hoy pienso que él murió el día del hombre porque además de concientizar acerca del problema del acoso callejero, el simbolismo podría servir para eliminar ese rol de súper humano que a todos los hombres se
nos ha hecho creer que tenemos que cumplir. Por eso, mis sincero agradecimiento
Gerardo (hombre).
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